HABEMUS OCTOPUS  
Nuestra participación en el Inkestas Rock Festibal 2013 me permitió conocer una formación técnicamente envidiable, que se atreve con casi todo y que ofrece un gran directo. Hay que seguir bien de cerca a SPACE OCTOPUS.


Fue todo un poco precipitado: los compromisos de cada cual, la vuelta al “cole” tras el verano, las lesiones y enfermedades... nos habían tenido musicalmente más ociosos de lo que nos hubiera gustado y llegábamos un poco nerviosos a un concierto que, sin embargo, nos hacía mucha ilusión, por aquello de salir de casa. Acelerados y acalorados llegamos a Sopelana (Vizcaya) para participar en el “Inkestas Rock Festibal”, que lleva ya al menos siete ediciones con carteles importantes. Y por supuesto, con tanta prisa, tampoco nos habíamos parado a fijarnos en las bandas con las que íbamos a compartir escenario aquel día. Fue llegar, montar, probar y tocar…

Creo que, dentro de las difíciles circunstancias, defendimos el pabellón en el escenario de la parte baja del bar “El Peñón”, un lugar muy acogedor con terraza junto a la playa. Desde aquí nuestro agradecimiento a los organizadores y al personal por la oportunidad y la buena acogida. Pero hoy no vamos a hablar de nuestra actuación, sino de otra que presenciamos a continuación…

Antes de nada hay que de destacar lo variado del festival, pues en el rato que pasamos pudimos escuchar a una pareja en acústico, una chica en solitario que cantaba al estilo de Linda Perry (Four Non Blondes), unos tíos muy rockanroleros en la parte superior, etc. Fue después de cenar cuando, al salir a la terraza, escuché a otro grupo calentando y algo me dio en la nariz, o en el tímpano… Regresé al interior para avisar y cuando volví a la terraza no sabía si se trataba de una broma o alguien había secuestrado al mismísimo Steve Vai y lo había llevado directamente a Sopelana (al fin y al cabo, he vivido “fenómenos paranormales” parecidos otras veces: ¡hace un par de años alguien engañó a Paul Gilbert para que viniera a tocar a Logroño!). Pero no, eran unos tíos llamados Space Octopus, cuyo vocalista y compositor principal (Dann Hoyos) es verdaderamente una especie de “pulpo espacial” que domina a base de tentáculos alienígenas hasta el último traste del mástil de su guitarra Ibanez (de casta le viene al galgo). Y el “séquito” tampoco se queda corto, pues se trata en cualquier caso de músicos de verdadero lujo.

MJ y yo disfrutamos hasta el último bis de un directo muy intenso, con buena actitud, presencia y cercanía con el público, plagado de detalles técnicos para babear y canciones que, dentro de cierta complejidad, pueden ser disfrutadas desde el primer momento a nada que uno tenga algo en su pabellón auditivo. Vamos, que son de un academicismo de todo menos aburrido. Si no fuera porque la práctica totalidad de las letras eran en perfecto castellano, hubiera pensado que se trataba de una selección internacional de figuras; y lo que pensé a continuación, en la misma línea, es que eran un súper-grupo, cada uno de una punta de nuestra geografía, que tal vez se conocían de haber grabado con lo más granado del país (es un decir). Esto último no lo sé, puede ser perfectamente, pero lo primero no es así: al parecer todos ellos son del mismo Bilbao (¡¡faltaría más!!). Desde luego, un lujazo para el “botxo” (y para todos aquellos a los que de alguna manera se nos permita compartir glorias y miserias con los de la desembocadura del Nervión).


Al terminar, no dudé en hacerme con un ejemplar de su disco “No es lo que tú sientes”, y realmente fueron 8 euros bien pagados. El disco recorre, en clave de metal y rock, toda una diversidad de estilos de composición, también con cierta flexibilidad en el sonido, que nos pueden acercar a ritmos o melodías latinos (“Frío sueño”, “No es lo que tú sientes”), funky (“No es lo que tú sientes”, “Gente loca”, “Jackie”), jazz (“El caos”, “Jackie”), etc., con algún conato acústico y un par de preciosas baladas (“Nada de mí” y “Orgullo decepción”); y, por supuesto, cosas más al uso para su sonido y equipamiento: rock, rock alternativo, rock duro, heavy y estilos contundentes afines, siempre con cierta impronta “progresiva” –término con el que común de los mortales solemos identificar a la música ejecutada con un nivel técnico especialmente sobresaliente–, pero sin volver loco al personal a base de ritmos imposibles. No puedo quedarme satisfecho sin hacer una reseña al tema “La vida es así”, una canción vitalista –valga la redundancia– de las que sirven para subir la moral ante la adversidad y que, tanto por temática como por “riffs”, solos, arreglos y composición en general, me recuerda inevitablemente a los mejores White Lion (dejando las voces aparte, que tienen poco que ver con Mike Tramp), e incluyendo por supuesto detalles cercanos al emblemático Vito Bratta. No podía reprimirme...

Un disco valiente y desacomplejado, con cierta vocación universal y gusto por la experimentación dentro de un orden (nada de mezclar por mezclar), plagado de temas muy trabajados. Por supuesto, todo es cuestión de gustos, pero lo que nadie podrá negar es que musicalmente son unos fenómenos que podrían encabezar prácticamente cualquier cartel que se precie.

Aunque sea ya “a posteriori”, para nosotros es un lujo poder compartir escenario con formaciones de este nivel, y a todos nos debe enorgullecer que el panorama no oficial (me refiero a las bandas que luchan por hacer música sin obtener el beneplácito de los medios o del mercado) esconda tesoros como éstos. Bien pensado, tampoco debe extrañarnos, pues en una ciudad pequeña como Logroño hace tiempo que se puede hablar de grupos que son mucho más que conjuntos de aficionados a la música, sino verdaderos proyectos que podrían rivalizar con algunos de los afortunados que pueden vivir de esto. Esperamos modestamente que The End se digno de pertenecer a ese sector, aunque eso debe decirlo el respetable y somos conscientes de que aún nos queda mucho por aprender.


En el caso de Space Octopus, me atrevo a decir que pueden rivalizar con verdaderos exponentes internacionales. Llamadme iluso si queréis… Ojalá volvamos a coincidir en otro evento más pronto que tarde. ¡Enhorabuena, Space Octopus!, ¡¡ánimo y a seguir así!! Salud y música.


Fofi